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martes, 13 de abril de 2021

La culpa (Una reflexión electoral)

En las campañas políticas el distanciamiento social se puede medir en centímetros en lugar de una distancia segura. 

Con la variante tan contagiosa desatada entre nosotros es un hecho que se ha producido contagios en la forma de mítines, caravanas y saludos.

En algún recóndito lugar el pecho se agita inútil de aquellos que se infectaron al participar en estas campañas o de quienes fueron contagiados por ellos. 

Ya cesó la lucha inútil de otros que se agitaban en los recónditos lugares y hoy son la silla vacía en una mesa desdichada o el cúmulo de por qués sin respuesta en los puños inconsolables de muchos de nosotros. 

Si es cierto que la distancia social en las campañas políticas fue irrespetada y que se produjeron cadenas de contagios que ahora se multiplican y se bifurcan, quiere decir entonces que el resultado práctico de aquellos que pierdan la elección será que no solamente no aportarán ninguna solución a este holocausto de bolsas negras, si no que habrán contribuido a elevar esa joroba de números cuya sombra se asoma por nuestras puertas y nuestras ventanas como el instante siguiente a una tarde que se fue.

Si es cierto que la distancia social en las campañas políticas fue irrespetada y que se produjeron cadenas de contagios que ahora se multiplican y se bifurcan, quiere decir entonces que el resultado práctico de aquel que gane la elección será que empezará a redimirnos de la muerte y el sufrimiento literalmente sobre una pila de cadáveres que empezó a amontonarse luego de abandonar esa plaza abarrotada, el patio efervescente, o al prójimo que recibió un extraño saludo que resultó una sentencia brevemente postergada. 

Si todo esto es cierto, y vaya que puede serlo, delante de la cédula y todas sus interrogantes, el día de la elección escogeremos mucho más que a nuestras autoridades. Con un dudosamente inofensivo acto detrás del bolígrafo daremos forma al destino de quienes arrastrarán una culpa por el resto de sus días y quién podrá, si acaso le es posible, comenzar a exorcizarla.

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